En un episodio de justicia por mano propia que parece sacado de una película de acción, un ladrón que intentó asaltar una vivienda se encontró en una situación desesperada.
La víctima, harto de los constantes robos en su casa, decidió tomar el asunto en sus propias manos. El ladrón fue capturado, atado a un poste en plena vía pública y sometido a una brutal paloterapia que dejó a todos los presentes horrorizados.
El incidente, ocurrido en horas de la tarde en un vecindario tranquilo, convirtió una simple acción delictiva en un espectáculo de venganza violenta.
Testigos reportan que el ladrón, identificado como un hombre de 35 años, fue golpeado sin piedad mientras estaba inmovilizado, recibiendo una serie de golpes que le dejaron visiblemente herido.
La escena, que incluyó gritos y el clamor de parte del asaltante, refleja una escalofriante mezcla de justicia personal y brutalidad.
Las autoridades llegaron al lugar minutos después, encontrando al ladrón con evidentes señales de maltrato y a la multitud dividida entre la condena y el apoyo a la acción de la víctima. Aunque el individuo fue llevado al hospital con múltiples contusiones, su estado no se reporta como crítico.
Este violento episodio reabre el debate sobre el límite entre justicia y venganza, cuestionando la moralidad de tomar la justicia en manos propias y la respuesta adecuada de las instituciones ante el creciente sentimiento de inseguridad en la comunidad.
Hasta cierto punto apoyo al Sr. Ya que los delicuencia a rebasado a la justicia. Como ciudadanos debemos apoyarla y a ese ratero ya que en su casa lo consintieron y no le enseñaron a respetar lo ajeno. Que bueno que todavía existe gente que los eduque